LA ECOPSICOLOGÍA – Testimonio Lic. David Amorín

La Psicología, como disciplina científica y profesión, desde su origen ha estado vinculada en diálogo tenso y a la vez fecundo con otras disciplinas y campos del saber. Su desarrollo, crecimiento y definición progresiva de su ámbito complejo de estudio, en gran parte ha dependido de esta interacción a veces multi y a veces interdisciplinaria. De esta sinergia han surgido diversas metodologías y epistemologías, para dar cuenta de una realidad humana cada vez más necesitada de ser comprendida, y para intentar dar respuestas a nuevos y acuciantes problemas.

Una de las intersecciones más recientes ha sido la articulación entre Psicología y Ecología, diálogo y dialógica imprescindible dados los inesperados efectos que la humanidad, en su crecimiento como especie y en su crecimiento industrial y pos industrial, ha venido generando, con toda la parafernalia de efectos en la cultura (que hoy llamamos, entre otros conceptos, hipermodernidad), y en los dispositivos de producción de subjetividad.

La Ecopsicología entonces, tiene un sentido capital dentro de las ciencias de la subjetividad y del clima, porque incorpora la dimensión eco contextual de la existencia humana. Sin la inclusión de este aspecto, la Psicología estaría ciega ante varios de los escenarios que impactan en la subjetividad. Personalmente, desde hace casi 20 años vengo proponiendo en mi condición de académico, un modelo biopsicoambiental del ser humano, donde lo ambiental queda integrado por lo social, lo cultural y lo ecológico; postura muy afín con postulados nacidos de la Ecopsicología y los conocimientos que ha producido. Más que una dicotomía reduccionista y dilemática que nos hace creer que el ambiente es el continente y el ser humano el contenido, debemos pensarnos en términos de que “somos” el ambiente (sujeto, sociedad, cultura y variables físico-químicas del entorno no admiten divisiones ni fronteras tajantes entre sí). Nos va la vida como especie entender las cosas desde este paradigma, de otra forma no se detendrá el ecocidio en el que estamos inmersos; la pregunta es cuán lejos estamos del punto de no retorno (si es que ya no lo pasamos).

Diría que la Ecopsicología está llamada a devenir una transdisciplina, en la deriva que produce al estudiar e intervenir en sus ámbitos de injerencia. La fusión entre Ecología y Psicología (y otras epistemes imprescindibles para abordad lo humano) van en la línea de una de las revoluciones científicas más significativas, como lo fue la introducción del pensamiento complejo (cuyo principal exponente es E. Morin), con su perspectiva sistémica, hologramática, dialógica y de recursividad o causalidad circular. Todos estos aspectos nutren la epistemología de la Ecopsicología.

Es en esta alianza con la Ecología, que la Psicología adquiere herramientas para intentar formular una praxis que contrarreste el devenir devastador en el que nos encontramos. Por tanto, la Ecopsicología se torna una fuente de saber imprescindible para abordar, junto a otros saberes y praxis, el problema más urgente en el que estamos inmersos hoy día como especie. La Ecopsicología entonces, nos dará respuestas a las que, por sí solas, la Ecología y la Psicología no lograrían llegar.

Lic. David Amorín
Rector del Instituto Universitario Francisco de Asís (UNIFA)

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